Cuando por fin parece que todo vuelve a la normalidad, salen a la luz unas fotografías, echas por Bruno, de menores de edad en ropa interior. La agencia, tras conocer la noticia, empieza a cambiar su opinión sobre el fotógrafo.
Por consiguiente, los directivos de la agencia deben tomar cartas en el asunto para que la imagen pública de la agencia no sea arruinada. No obstante, no todos están a favor de ir en contra de Bruno ya que Abe opina que debe ser despedido inmediatamente y Chantal cree que es inocente de toda acusación.
Además, Norma piensa que Luigi tiene a las niñas completamente desatendidas. La asistenta, alertada también por lo que cuentan los periódicos sobre Bruno y Mel, le hace una visita. Norma ve una oportunidad para contárselo todo y poner las cosas en orden.