Tras varios años de éxito como cirujano en la gran ciudad, en Nueva York, el doctor tiene que dejar de operar y decide buscar un nuevo rumbo en el pueblo, como médico en el lugar en el que había pasado sus vacaciones. Para ello, volverá a casa de su tía Juana.
Aparentemente, no hay miedos para ejercer en ese lugar, porque entiende que no hay que saber demasiado para lo que puede ocurrir en esa pequeña aldea. Las dificultades las encontrará en su carácter, ya que para ser un médico cercano tiene que aprender a escuchar y ser amable con sus vecinos cuando acudan a su consulta.
Mateo empezará opinar nada más llegar sobre cómo viven los habitantes de San Martín del Sella, lo que ocasionará algún desencuentro y hará que su llegada no sea bien vista por todos. Su primer caso médico es muy sentimental y es que tendrá que diagnosticar en un aniversario de boda si la mujer le es infiel a uno de los más ricos del pueblo.