Sira tiene muchos miedos y no está convencida al 100% de emprender el viaje a Tánger junto a Ramiro porque, además, la primera persona que le viene a la cabeza es su madre, a la que no quiere dejar sola. Él la convence para empezar a vivir su vida sin pensar en los demás.
La costurera lo ve precipitado y aunque confía en Ramiro, se lo cuenta a su madre para buscar su aprobación y pedirle que se vaya con ellos. Ella decide no acompañarles y le advierte de que está loca, pero no puede hacer nada para parar a su hija.
Con mucho miedo, Sira monta en el tren y junto a su amado pone rumbo a esta aventura sin saber todo lo que le espera. "Nunca he salido de Madrid, todavía no me he ido y ya lo he hecho de menos", le confiesa entre lágrimas.