A pesar de la emoción de retomar la vida familiar juntos de nuevo, Sara y Leire tienen un extraño accidente en el camino que lleva al pueblo. Mientras se dirigían a él en su coche, chocan con algo o alguien de manera inesperada. A pesar de que ambas bajan del vehículo para saber qué ha ocurrido, no encuentran rastro alguno de aquello que se ha interpuesto en su camino. Aunque todo parece indicar que no ha sido nada, Leire siente la mirada misteriosa de un ser que les observa escondido en la oscuridad y la maleza del bosque. Aun así lo dejan pasar. Sin querer esperar más, madre e hija se vuelven a dirigir al pueblo para reencontrarse con David, pero la sorpresa del camino no era la única que el destino tenía preparada para ellas.
Cuando llegan, reciben la noticia de que David ha desaparecido, y nadie sabe cuál podría ser su paradero. Tras largas horas de búsqueda e investigación encuentran el cuerpo sin vida del capitán en extrañas circunstancias. Sara y Leire no se lo pueden creer, sin embargo la respuesta de sus nuevos vecinos no es la que nadie esperaría. Parece que todos están resignados ante los rumores de que la muerte de David ha sido inevitable, y que puede que no sea la primera. Ha vuelto a todos la Leyenda Negra de Calenda, una leyenda en la que tienen cabida los Hombres Lobo como personajes reales alejados de la ficción.
Sara, jueza de profesión, se niega a abandonar el pueblo hasta que la muerte de su marido se esclarezca y se encuentre al asesino, pero ella tiene una vinculación muy fuerte con la víctima, y por ello será el Juez Cortázar el encargado de llevar la investigación.