En el penúltimo episodio de Mar de plástico, Héctor sospecha de Cristina cuando la descubre en los pasillos de la cárcel con una bata blanca. Investigando acerca de su pasado, se entera de que la joven fue sometida a abusos por parte de su padre. La policía decide buscar pruebas en su casa, donde encuentran un cuaderno con números y un organigrama con las caras de las víctimas del asesino del martillo tachadas. Además, encuentran un vídeo del juicio contra su padre, en el que se puede apreciar la personalidad cambiante de Cristina.
Por otro lado, Pilar se encuentra sola y sin recursos económicos. Ante esta situación, decide venderle a Rueda sus gasolineras. Con el dinero obtenido, le propone a Lolo comprar sus tierras. ¿Aceptará el hermana de Lola?
Tras la muerte del Alférez, la tensión se dispara en la prisión. Vlad golpea a Fernando porque quiere que sea él quien pague por esa muerte. Sin embargo, en ese momento aparece un preso al que parecen haber arrancado la lengua.
En casa de Juan Rueda, aparece el asesino del martillo por sorpresa. ¿Podrá escapar? ¿Lo descubrirán?