Mariano continúa quedando con sus amigos de su antiguo barrio para hacer timbas y jugar a las cartas hasta altas horas de la madrugada. Además, llega muchos días tarde y borracho, molestando a Loli, que lo manda al sofá.
Aprovechando que La Petri, su vecina del barrio, pasa mucho tiempo en casa de los Sánchez, deciden organizar una timba a la que Ernesto también está invitado. Cuando Claudia y Loli vuelven a casa, les encuentran totalmente borrachos. Al salir de la casa, Ernesto se empeña en mover su coche y, como no tiene muchos reflejos debido al alcohol, golpea a Petri sin querer.
Como Petri trata de sacar provecho a todo lo que le sucede, no iba a ser menos con esta situación, sobre todo conociendo la solvencia económica de Ernesto. Petri decide amenazarlo con denunciarlo si no la contrata como asistenta en su casa, por lo que al final Claudia y Ernesto tienen que ceder y Petri comienza a trabajar repartiéndose las tareas con Ivanna, su asistenta.
Pero no sólo es Mariano el que llega tarde a casa... Últimamente Loli y Claudia salen por las noche, además bastante provocativas, y llevan una vida social bastante intensa. La última ha sido llevar a cenar y a bailar a unos ingleses que son dueños de una discográfica. Ambas se los quieren ganar para que firmen un contrato con Sheila para expandir su carrera de manera internacional. El problema es que, aparte de trasnochar, tienen que pararle los pies a los susodichos en más de una ocasión, porque a los ingleses quienes les interesa son ellas.
A su vez, Rafa está bastante fastidiado desde que se enteró de que Laura y Cristian están juntos, sobre todo por el palo que se llevó al pensar ilusamente que Laura quería volver con él. Ahora que ha hecho buenas migas con Poncho, le cuenta todo sobre Laura, por lo que juntos preparan un plan para que vuelva a sus brazos, sin tener en cuenta que puede salir peor parado que como está ahora. Su plan es demostrarle que él liga mucho más y está mucho más en forma que Cristian. El problema es que, con esa gran idea, acaba quedando en ridículo delante de toda la clase.
Los niños, como de costumbre, siguen haciendo jugarretas de las suyas. Además, han percibido que entre las abuelas no hay una buena relación y aprovechan cualquier momento para fastidiarlas y hacerles pensar que se lo ha hecho la otra.