Dos meses después de la muerte de Francisco, María se encuentra mucho más recuperada. Medita todas las mañanas y ha dejado atrás su adicción a los opiáceos. Además, su madre le ha conseguido un puesto como abogada de la Fundación Vergel, un puesto muy conveniente para María, ya que le permite conocer todos los detalles del nuevo Congreso que Miriam y Enrique están preparando con el fin de lanzar un nuevo medicamento.
Con la ayuda de Pablo, María logra infiltrarse entre los pacientes del estudios para conocer de primera mano algunos de los secretos que se encontraban en los papeles que Francisco intentó darle. Si saliesen a la luz, estos datos podrían hundir definitivamente a Enrique. Mientras tanto, los síntomas de la enfermedad de Enrique continúan su avance, por lo que ést decide contar con Juan para dejar todos sus asuntos bien atados.
Por otro lado, Álex mantiene su vigilancia sobre Amparo con el fin de encontrar su punto débil. Sin embargo, Amparo tiene guardada una carta bajo la manga que piensa jugar.