El tío de Alberto sigue pasando información a la competencia y poco a poco se deja más en evidencia, lo que le llevará a correr más riesgos para mantener la confianza de su familia.
Las joyas empiezan a ser una realidad con la entrada de capital de Valentín Alcocer, pero ahora necesitan un préstamo para pagar los diseños y materiales, algo que no controlan y que puede llevarles a meterse en problemas bancarios.
Patricia tiene que complacer a Valentín y a Jonás para que el primero siga confiando en el proyecto y que el primo de Pedro no cuente a nadie que está durmiendo en el taller.